Con la llegada de la industrialización aparecieron una serie de infraestructuras que si bien aportaron grandes beneficios, también aportaron nuevas problemáticas. Éstas supusieron un freno en la relación del entorno urbano con el rural, especialmente en el eje N-S. El proyecto tratará de recuperar ésta transversalidad y su relación con la sierra, así como fomentar la economía agro-ganadera sobre la que está basada la población.
EL TERRITORIO COMO ALIADO
Su ubicación desprotegida y en un entorno desértico juegan un papel importante a la hora de entender la falta de desarrollo histórica de la población, la cual nunca pasó de los mil habitantes. Esta situación se invierte con la llegada de la industrialización, pues la geografía del lugar va a favorecer el paso del ferrocarril y la autovía por la localidad. Este hecho, junto con la construcción del canal de Aragón y Cataluña, va a provocar que la población se multiplicara por diez en menos de cien años. Además, va a consolidar la economía del lugar, basada en la agricultura y, especialmente, la ganadería. 
LO QUE (DES)CONECTA
La llegada de las nuevas infraestructuras además de beneficios, aportará nuevas problemáticas. Éstas frenarán en seco el crecimiento de la población hacia el S-0, generando bolsas residuales con barrios aislados (1), conflictos en los flujos urbanos (2) y una desconexión casi total de la parte sur con la norte en cuanto a caminos agro-ganaderos (3). Además, cortan la relación del ciudadano con el único espacio verde de ocio de la población, la sierra (4). El objetivo del proyecto será recuperar esta conexión con el entorno rural, a nivel tanto físico como económico-cultural, haciendo énfasis en la recuperación del eje verde que conectaba con la sierra de San Quílez. 

UN EJE FRACCIONADO
Dentro del eje transversal (N-S) se suceden una serie de “obstáculos” que frenan el flujo transversal de la población. Sin embargo, si hay un punto especialmente conflictivo es donde se corta en seco al construir la estación de tren. El proyecto tratará de recuperar esta conexión perdida. 

INTERCAMBIADOR DE FLUJOS MULTIESCALA
Si algo caracteriza el barrio de la estación, es que se trata de un punto de intercambio. En primer lugar de flujos, pues en un único punto converge el desembarco de la carretera nacional y de la autovía, la estación de bus y la estación de tren. En segundo lugar, es donde se manifiesta de forma más clara el intercambio de escalas y entornos, el urbano y el rural, el cual en este punto se manifiesta a través de una arquitectura que conforma el skyline de la población. La estrategia del proyecto será la de colocar una serie de elementos que refuerzen este diálogo entre escalas y entornos y, a su vez, sirva como puerta del nuevo eje rural que conecta con el entorno rural y la sierra.

UNA PUERTA ENTRE LO URBANO Y LO RURAL
El solar como interior de manzana y la voluntad de construir una “puerta”  al nuevo eje verde condicionan la manera de entender el proyecto. Lo que se va a proyectar no es un edificio sino un bosque, y un bosque es aleatorio. Sin embargo, la circulación dentro del proyecto no lo es, pues el terreno, la densidad de elementos verticales y la posición de los volúmenes inducirán los recorridos por el interior del proyecto. 
El proyecto albergará diferentes usos independientes, pero que en su conjunto conformarán el Centro de Interpretación Agrícola. Cada volumen estará conformado por tres elementos: dos losas de hormigón armado, columnas verticales y núcleo de hormigón.Además, una membrana de vidrio separará el interior del exterior. Estos elementos definirán las tres zonas programáticas de cada volumen.  La primera será la zona exterior, una zona porchada que actuará de recibidor exterior y balcón hacia el resto del bosque. La zona interior estará dividida en dos partes, la principal en la que se realiza el programa destinado a cabo y el núcleo, en el que se encuentran las zonas de servicios, de almacenaje, cocina e instalaciones.
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